La gematria es la numerología hebrea que se aplica en la cábala asignando valores numéricos a las letras del alfabeto hebreo –luego, la primera cuestión a tener en cuenta es que tan solo funciona dentro de ese alfabeto-.
Las letras hebreas, en gematria, se abordan desde el metalenguaje y la metatésis –alterando el orden de las letras en una palabra-, este último punto la convierte en una práctica especialmente arriesgada a la hora de extraer conclusiones.
Los riesgos de la gematria
En puridad, no debiera hacerse, no por estar prohibido sino por ser un conocimiento que puede inducir a error… tomando como conclusión, también a eso se refiere el Zohar cuando dice: "Rabbí Simón empezó a hablar así: El traidor revela los secretos, pero aquél cuyo corazón es fiel guarda para sí la palabra que le ha sido confiada. (Mishlei 11:13). El mundo no subsiste sino por el secreto. Si el secreto es necesario en las cosas profanas, cuanto más lo es en el Misterio de los misterios del más antiguo de los tiempos, que ni tan sólo fue confiado a los ángeles superiores." (Zohar, III 127b-128a).
La gematria se emplea especialmente en los textos de la Torá, otras utilizaciones hipotéticas en textos de otro idioma obligarían primero a traducirlo al hebreo, cabe decir que eso aumentaría la complejidad y la incidencia del “factor confusión” en la gematria. Porqué ésta no atiende a la literalidad ni a lo interpretativo sino a la textualidad, pero va más allá en la misma: procede a deconstruir las palabras letra a letra, alterar su orden y atribuir un valor numérico –tasado para cada letra- extrayendo conclusiones teóricas a partir de ahí.
La gematria se emplea especialmente en los textos de la Torá, otras utilizaciones hipotéticas en textos de otro idioma obligarían primero a traducirlo al hebreo, cabe decir que eso aumentaría la complejidad y la incidencia del “factor confusión” en la gematria. Porqué ésta no atiende a la literalidad ni a lo interpretativo sino a la textualidad, pero va más allá en la misma: procede a deconstruir las palabras letra a letra, alterar su orden y atribuir un valor numérico –tasado para cada letra- extrayendo conclusiones teóricas a partir de ahí.
Si la suma de los valores de las diferentes letras de una palabra coinciden con la suma de otra palabra se entiende que entre ellas existe una analogía y se busca una relación, es ahí dónde entra el riesgo de lo interpretativo y de las conclusiones –o hipótesis- arriesgadas que, en ocasiones, alcanzan lo descabellado.
Desde luego, no es gematria cualquier otro método que desee implicar el valor numérico de las palabras –será otra cosa, mejor o peor, pero no gematria-, ni tampoco es gematria intentar encontrar en un número cualquiera un significado simbólico “per se”.
Tampoco es gematría, en sentido ortodoxo, utilizar este método fuera del Tanaj –por no decir la Torá- dado que su significado se encuentra íntimamente entrelazado con el de la cabalá hebrea y ésta, única y exclusivamente, adquiere sentido dentro del misticismo judío, esto es, dentro del judaísmo.
Ni es cábala, ni es gematria, cualquier cosa que se mezcle con otras prácticas –sea feng-shui, reiki, yoga u otras semejantes- y se presente como un “corpus”, eso será más o menos respetable –dependiendo de sus objetivos y veracidad, al menos en lo tendencial-, pero… no es gematria, no es cábala, no es misticismo hebreo y, desde luego, ni es ni forma parte del judaísmo.
Los valores de las letras en la gematria
En primer lugar cabe aludir a tres conceptos básicos al abordar la gematria: la letra en sí, el nombre de la letra y, por último, el valor individual asignado a la letra, primero expondremos esas tres cosas y, después, aludiremos al porqué de ese valor numérico, así nos encontramos con lo siguiente:
Letra en hebreo | Nombre de la letra | Valor de la letra |
א | Aleph | 1 |
ב | Beth | 2 |
ג | Gimel | 3 |
ד | Dálet | 4 |
ה | Hei | 5 |
ו | Vav | 6 |
ז | Zayn | 7 |
ח | Jet | 8 |
ט | Teth | 9 |
י | Yod | 10 |
כ | Caph | 20 |
ל | Lamed | 30 |
מ | Mem | 40 |
נ | Nun | 50 |
ע | Ayin | 70 |
ס | Samej | 60 |
פ | Pei | 80 |
צ | Tzadi | 90 |
ק | Qoph | 100 |
ר | Reish | 200 |
ש | Shin | 300 |
ת | Tav | 400 |
ך | Caph | 500 |
ם | Mem | 600 |
ן | Nun | 700 |
ף | Pei | 800 |
ץ | Tzadi | 900 |
La anterior tabla muestra gráficamente esas correlaciones, en lo que respecta a las letras básicas. Sin entrar en otras características de las mismas, tales como sus sonidos, la diferencia entre letras propiamente dichas y los signos nikudót –que son puntos y rayas que se utilizan como símbolos vocálicos y que en la tabla no se muestran-, que nos llevarían más a la lengua y escritura hebreas y menos a la gematria.
¡Ah! sí, el porqué de ese valor numérico, pues… no se debe a ningún arcano oculto sino a algo tan simple como que el hebreo utiliza los signos de las letras también… como números, ni más ni menos que lo que sucede con la numeración romana ¿Por qué tal valor y no otro? La respuesta vuelve a ser parecida a lo anterior: por convención.
La paradoja de la textualidad: hermenéutica y deconstrucción
La gematria atiende al valor numérico de las palabras y las Noíariqon entiende cada palabra como un acróstico que se puede desglosar en varias o formar varias, letra a letra, curiosa y paradójicamente en tal método se unen la hermenéutica y la deconstrucción.
Esas dos son las middoí o reglas que cabe destacar en este sentido interpretativo. Por medio de ello se realizan deducciones del texto bíblico a partir de los valores numéricos de las letras y de lo formado por ellas.
Teniendo en cuenta la multitud de deducciones y conclusiones -muchas de ellas peregrinas- que a partir de aquí puede alcanzarse, la tradición recomienda muchísima prudencia en su uso, y, en general, los cabalistas judíos no abusan de tales recursos -aunque alguno hay y hubo que sí lo hizo-. También hay quién usa y abusa de esto entre quienes manejan la cábala al margen del judaísmo -cosa de difícil comprensión-, pero tampoco es de extrañar... también manejan ciertos aspectos del budismo al margen del Canon Pali.
La tradición atribuye la autoría de este método a Rabbí Eliézer, contemporáneo del Simón Bar Kochba (siglo I de la Era Común), aunque en realidad el sistema en su redacción final puede situarse entre los siglos VI y VIII EC, aunque no es descartable el uso de materiales más antiguos, no obstante la prudencia nos indica no aventurarnos más allá de las dataciones comprobables. En el Talmud babilónico no aparece citada directamente la gematria ni las Noíariqon, pero las middot –entre las que se encuentran esas dos formulas o reglas- se suelen incluir como apéndice hacia el final del tratado de Berakot. En concreto esto se recoge en el Aliaras L"B middot o Alidras Agur.
Un ejemplo del proceder de la gematria, la conexión o correlación entre lo humano y lo divino se deduce a partir de la suma del valor numérico, ¿de qué valor numérico? Pues, precisamente del de Adam y el fragmento conocido del nombre de D_os, del idéntico resultado de la suma del valor de las letras que forman ambos se deduce su relación -aunque hay otra correlación que atiende a la etimología de Adam, pero esa es otra historia-. Así las letras que forman parte del Nombre Divino {YHWH. YWD, H\ty'W, H' = 20+6+13+6= 45) equivale al valor numérico de la palabra Adam ('DM: 1+4+40 = 45). De esa manera funciona la gematria.
Jorge Romero Gil
Bibliografía
Bar Lev, Iejiel, El canto del alma, Ediciones Obelisco, Barcelona
El Zohar, vol. I, “Hakdamá-Sección de Bereshit”, Ediciones Obelisco, Barcelona, 2006
El Zohar o El libro del esplendor, selección y edición de Gershom Scholem, Berbera Editores, México
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