jueves, 23 de agosto de 2012

Origen y evolución del judaísmo mesiánico




El “provocar” la parusia es la razón última de la existencia del llamado judaísmo mesiánico. La idea es conseguir que los judíos se conviertan al cristianismo -digamos que exclamen “Hosannnas al Hijo de David”, obviamente una vez traspasado- para que se cumpla una condición considerada sine qua nom para que venga el Señor en carne humana nuevamente, es decir, la historia de la parusia o Segunda Venida.

La parusía en el cristianismo católico y protestante

Hay que decir que la parusia es una constante en el cristianismo protestante pero tiene muchísimo menor énfasis en otros cristianismos, el católico, sin ir más lejos, y cuando se menciona ese particular es, generalmente, en un contexto no literalista -aunque no se niegue el acontecimiento en sí- y muy reticente respecto al deseo de que esta parusia, de forma explícita y literal, se produzca, un buen ejemplo de esta postura pueden ser las siguientes palabras del Pontífice Romano, Benedicto XVI, pronunciadas en la Ciudad del Vaticano, en el año 2008, y en una audiencia general:

Un último punto que quizás parece un poco difícil para nosotros. San Pablo en la conclusión de su segunda Carta a los Corintios repite y pone en boca también a los Corintios una oración nacida en las primeras comunidades cristianas del área de Palestina: Maranà, thà! que literalmente significa “Señor nuestro, ¡ven!” (16,22). Era la oración de la primera comunidad cristiana, y también el último libro del Nuevo testamento, el Apocalipsis, se cierra con esta oración: “¡Señor, ven!”. ¿Podemos rezar también nosotros así? Me parece que para nosotros hoy, en nuestra vida, en nuestro mundo, es difícil rezar sinceramente para que perezca este mundo, para que venga la nueva Jerusalén, para que venga el juicio último y el juez, Cristo. Creo que si no nos atrevemos a rezar sinceramente así por muchos motivos, sin embargo de una forma justa y correcta podemos también decir con los primeros cristianos: “¡Ven, Señor Jesús!”. Ciertamente, no queremos que venga ahora el fin del mundo. Pero, por otra parte, queremos que termine este mundo injusto. También nosotros queremos que el mundo sea profundamente cambiado, que comience la civilización del amor, que llegue un mundo de justicia y de paz, sin violencia, sin hambre “.

Esta claro, pues, que para el catolicismo romano eso “Maranà, thà!” es algo no literal e interpretable no textualmente sino “plasmando su sentido” en la organización social.

Pero siguiendo con los motivos del mesianismo, éste surge -o se potencia en su versión más moderna- de la idea de “forzar” la condición -la conversión de Israel- y así echar una mano al Espíritu Santo, ese es el sentido de la labor de Martin Chernoff o Moishe Rosen, cada uno en distintas organizaciones, y por ese motivo cultos fundamentalistas estadounidenses dedican esfuerzos y fondos a la concreta labor de “misionar entre los judíos”. Siguiendo con la idea mostrar los contextos en sus textos se puede citar ahora el fragmento de un sermón cristiano fundamentalista al respecto, en concreto baptista, pronunciado por el pastor R. L. Hymers, en el “Tabernáculo Bautista de Los Ángeles”, en noviembre del 2010, es, por tanto, bastante reciente:

Dios ha bendecido en gran manera a los judíos en los últimos años. En 1948 la Nación de Israel fue establecida. Los judíos que fueron dispersos y perseguidos por todo el mundo por dos mil años empezaron a regresar a su tierra natal. Israel está rodeado de países Musulmanes que están en contra de los judíos. Pero Dios ha protegido a Israel – milagrosamente. ¡Esta es una “señal” de la Segunda Venida de Jesucristo!

Además, Dios ha movido los corazones de muchos judíos. ¡En los últimos treinta y cinco años más de ellos han venido a Jesús que en los mil novecientos años anteriores combinados!

Me senté en el piso con un grupo de jóvenes en Corte Madera, California en 1973, cuando Moishe Rosen oficialmente empezó “Judíos para Jesús”. Estuve orgulloso de llamarlo mi amigo. Él ofició nuestro matrimonio. Mi familia y yo fuimos a verlo a su casa, nos dimos regalos, y almorzamos juntos en el verano del 2009. Ileana y yo fuimos a San Francisco a su funeral a mediados de este año. Moishe Rosen fue un gran evangelista. Se estima que, directa o indirectamente, él fue el instrumento humano responsable de más conversiones Judías a Jesús que cualquier otro hombre desde los días de los Apóstoles.

Seguro que esto es una “señal” de la Segunda Venida. Pocos comentadores modernos dicen que nuestro texto se refiere proféticamente a la conversión de los Judíos. ¡Sin embargo, extrañamente, el Dr. John Gill (1697-1771) lo vio claramente en el siglo 18! Él dijo: “…la profecía parece referirse a la conversión de ellos [los Judíos] en los últimos días” (traducción de John Gill, D.D., An Exposition of the Old Testament, The Baptist Standard Bearer, reimpresa en 1989, tomo 5, p. 573; nota sobre Jeremías 31:18). De nuevo, el Dr. Gill dijo: “De tal manera los Judíos se convertirán en los últimos días” (ibíd., p. 574). Jesús Mismo predicó la dispersión de los Judíos, y su regreso a Jerusalén al final de esta era” (…)

Pero no debemos dejar el texto como una interesante profecía de la venidera redención de Israel. En su ensayo [en Inglés], “La Exposición Debe Tener Aplicación”, “Exposition Must Have Application,” El Dr. Tozer dijo: “No hay nada más aburrido y sin sentido como la doctrina Bíblica enseñada porque sí” (traducción de A. W. Tozer, D.D., “Exposition Must Have Application,” en The Best of A. W. Tozer, compilado por Warren W. Wiersbe, Baker Book House, 1979, p. 140). Por lo tanto debemos aplicar el texto a aquellos entre nosotros que todavía no están convertidos.”

Si en el caso católico resulta clara la renuencia a considerar la parusia como algo literal y, aún más, a desearla -explicitamente Benedicto XVI decía ante la audiencia general para nosotros hoy, en nuestra vida, en nuestro mundo, es difícil rezar sinceramente para que perezca este mundo” y “no queremos que venga ahora el fin del mundo”-, todo lo contrario sucede, como acabamos de ver, en determinado protestantismo, esta claro que no solo se desea ese acontecimiento sino que se trabaja para “acelerarlo”: “Moishe Rosen fue un gran evangelista. Se estima que, directa o indirectamente, él fue el instrumento humano responsable de más conversiones Judías a Jesús que cualquier otro hombre desde los días de los Apóstoles” (…) “Seguro que esto es una “señal” de la Segunda Venida” (…) debemos aplicar el texto a aquellos entre nosotros que todavía no están convertidos”.

Curiosa, muy curiosa idea, por lo demás, esa de que el ser humano sea capaz de “forzar” la voluntad divina y provocar algo de tal dimensión como el Apocalipsis.

El caso es que ese -y no otro- es el “leitmotiv” del “misionar entre los judíos” y a esa labor se aplicaron figuras como Moishe Rosen o Martin Chernoff.

Origen y formación del judaísmo mesiánico

Los primeros intentos de presentar formas judías dentro de la Alianza Cristiano Hebrea de América se saldaron con un rotundo fracaso. En 1917 una propuesta de Mark Levy para guardar las festividades y costumbres judías fue totalmente desestimada, incluso se le consideró, literalmente, una propuesta de “propaganda judaizante” -dicho eso en sentido despectivo-. Así que esa estrategia tuvo que esperar, siendo el desencadenante del desarrollo de la misma la aparición en escena de la figura de Martin Chernoff, que llegaría a ser presidente de la Alianza Cristiano Hebrea de América entre los años 1971 y 1975.

El giro de Chernoff en esta dirección fue gradual, y comenzó a mediados de los años cincuenta con la decisión, entonces muy polémica, de iniciar una beca para un hogar de los creyentes judíos, como su esposa Yohanna refiere:

Así que llevamos a cabo reuniones semanales en nuestro hogar con los creyentes judíos principalmente. En estas reuniones se atendía a sus necesidades personales, les enseñaba la Biblia, los condujo en la oración, y les animó a mostrar el amor a sus familiares no creyentes. Estos informales, pequeños grupos pronto tomó un sabor distintivamente judío” (Chernoff, Yohanna (1996) “Nacido judío muerto judío. La historia de Martin Chernoff”, Maryland. Publicaciones Ebed P.80)

En los siguientes años esta evolución fue progresando, dando lugar, a principios de 1970, al concepto de sinagoga mesiánica que empezó a tomar forma. Así los servicios religiosos de los domingos y martes por la noche fueron abandonados y transformados en “los servicios del Sabbat”. Se potenció un “liderazgo musical” presentando la llamada “música judía mesiánica”, que empezó a abundar. Los jóvenes judíos iban llegando más facilmente a la creencia de Jesús como Mesías, con la apariencia del deseo cumplido de mantenerse formalmente como comunidad judía, comunidad en la que podían adorar a Jesús. De esa manera esas “sinagogas” empezaron a aparecer por todas partes.

Pero veamos como define el mesianismo y la “visión mesiánica” David Chernoff, hijo y continuador de la labor de Martin Chernoff, el siguiente fragmento es de una entrevista que se realizó en la primavera de 2002 para la revista “Espíritu del Mesías”:

Veo cuatro elementos clave para comprender la visión del judaísmo mesiánico, significamos:

- El avivamiento del movimiento del judaísmo mesiánico es un despertar del tiempo del fin espiritual del pueblo elegido de Dios. Somos los primeros frutos de la salvación de Israel, la restauración espiritual de Israel, en paralelo a la restauración física de Israel.

- Cumplimiento de la profecía – Si bien todos los despertares espirituales son de origen divino, el renacimiento espiritual de Pueblo Escogido de Dios es un cumplimiento directo de la profecía. “Para muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. Después volverán los hijos de Israel, y buscarán al Señor su Dios y a David su rey; y también temerán al Señor y a su bondad en el fin de los días “(Oseas 3:4-5). ¡Qué fuerza y ánimo que nos debe dar ser como mano de obra en los campos de la cosecha! ¡Somos un cumplimiento de la profecía!

- Un producto de la Ruaj HaKodesh (Espíritu Santo) – Este movimiento nació de un gran despertar espiritual en los años 60 y principios de los 70. No fue diseñado, inspirado o formado por cualquier persona, sino por el Espíritu Santo. Nadie puede tomar para sí el crédito de este movimiento. No hay arquitectos ni superestrellas, sólo Yeshúa [Jesús] y Ruach Adonai. Tenemos que asegurarnos de que estamos caminando en el Espíritu y ser guiados por Él todos los días.

- Llamamiento para mantener el Pacto. Otra característica muy clara de este movimiento es el llamamiento que tenemos de Dios para mantener el Pacto de Abraham que nos estableció como una nación y como pueblo. Tenemos que seguir siendo judíos. No debemos asimilarnos. Debemos ser una luz distinta en nuestra gente para que vean que creyendo en Yeshua se es judío.

“Un judío no se convierta en menos de un judío mediante la aceptación de Yeshua, pero aun más… En esencia, se convierte en un judío completo o terminado, Yeshua no vino a iniciar una nueva religión, sino para cumplir con nuestra fe judía Él dijo:” No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas, no he venido para abrogar, sino para cumplir “(Mt. 5:17). ¿Cómo podría yo, como judío convertido, ser menos judío al aceptar el Mesías de Israel?”

David Chernoff pasa a advertir que, en su esfuerzo por mantener su identidad judía, los mesiánicos debe tener cuidado de no “seguir a los rabinos (Talmud)”, o de “errar en el lado de la iglesia cristiana”, y creo que es nuestro principal trabajo “construir puentes, para volver a la iglesia a sus raíces judías o para reconciliarla con ellas”.” El trabajo principal de los Mesiánicos es llevar el evangelio de salvación a los judíos de todo el mundo y dentro de la nación israelí.”

Se diría que vuelven a quedar claros objetivos y finalidades, de paso algún comentario, cuando David Chernoff se pregunta “¿Cómo podría yo, como judío convertido, ser menos judío al aceptar el Mesías de Israel?”, se le puede responder: aceptando a Jesús como Mesías y afirmando que es Dios. Tal persona dejaría de ser judío exactamente por el mismo motivo que un cristiano dejaría de ser cristiano pronunciando sinceramente lo que sigue: “No hay más Dios que Allah y Mahoma es su Profeta”. Quién afirmase eso no sería un “cristiano mahometano” sería un musulmán.

Martin “Moishe” Rosen (nacido el 12 abril 1932 y fallecido el 19 mayo 2010) es otra figura determinante dentro de esa estrategia de “conversión de los judíos”. La principal diferencia con Martin Chernoff es que Rosen no deja las formas cristianas sino que se centra en una “evangelización” típica, que mantiene las formulaciones cristianas, aunque con la especificidad de dirigirse a los judíos. Para ello fundó la organización “Judíos para Jesús”-creada en San Francisco en 1973-, de la que fue Director Ejecutivo, que es una organización misionera que se centra específicamente en la evangelización del pueblo judío.

Rosen y su esposa se convirtieron al cristianismo evangélico en 1953. Después de graduarse en el Northeastern Bible College, Rosen se comprometió a ser un misionero entre los judíos. Fue ordenado pastor en 1957, dentro de la Iglesia Conservadora Bautista. Y dirigió congregaciones cristiano-hebreas, trabajando durante 17 años para la Junta Americana de Misiones a los Judíos (ABMJ), con el objetivo declarado de atraer conversos. A partir de 1970, fundó Ministerios Hineni que después se convertiría en Judíos para Jesús. En 1973 abandonó sus cargos en la ABMJ para dedicarse por completo a la organización “Judíos para Jesús”. En 1986, recibió un “honoris causa” como Doctor en Divinidad del Seminario Bautista Conservador Western de Portland (Oregón) y, en 1997, la Asociación Bautista Conservadora lo nombró “Héroe de la Fe”.

Tenemos, pues, una trayectoria completamente cristiana, abocada al misionerismo entre los judíos pero manteniendo las formas cristianas, esa es, probablemente, la principal diferencia entre Martin Chernoff y Martin Moishe Rosen, al margen de eso coinciden en su mensaje de que es posible ser judío y aceptar a Jesús como el Mesías de forma simultánea. En todo caso sus finalidades eran idénticas, siendo, en última instancia, la provocación de la parusia el motor de su acción.

Evolución del judaísmo mesiánico

Pero lo que sucedió tras estos inicios claramente estadounidenses del movimiento es otro fenómeno -diría que sociológicamente interesante-, y es que si el éxito misionero entre los judíos fue tirando a escaso -incluso se diría que bastante desastroso en relación a su objetivo de lograr la conversión masiva de Israel al cristianismo- fue mayor entre los gentiles y, me atrevería a decir, que tiene una expansión a buen ritmo en Latinoamérica, expansión que enlaza el éxito misionero del mesianismo con el éxito misionero del fundamentalismo cristiano de origen estadounidense -que ya se había alcanzado a costa del tradicional catolicismo romano de la región-. Eso ha llevado a una curiosa paradoja, a que no se tiene exactamente a unos judíos que conservando sus formas tradicionales -o algunas de ellas- se han convertido al cristianismo, sino a unos cristianos gentiles que han judeizado formalmente -en lo externo, en la forma- su culto cristiano y, de paso, lo confunden con judaísmo -cuando eso, por contenido doctrinal, carece de sentido-.

Esto último parece que dificilmente vaya a acelerar la parusia -a fin de cuentas los judíos siguen siendo mayoritariamente tales-, al margen de lo cual resulta un fenómeno que no es el previsto por la estrategia misionera en cuestión, dado que este resultado es imprevisto y se escapa a los objetivos iniciales es de difícil previsión donde irá a parar y de que objetivos se dotará -porque ha de buscar otros diferentes a “la conversión del pueblo de Israel”, en tanto en cuanto los convertidos ni forman ni han formado parte de ese pueblo-.

Así, en esta parte del fenómeno, lo que tenemos son grupos sociales que adoptan formas que ellos creen que son propias de los judíos -algunas lo son pero otras no, siendo o puramente folclóricas y descontextualizadas (por ejemplo, pasearse con mantos de oración) o directamente inventadas-, expresiones y un lenguaje cotidiano que creen “judío” -salpicando su propio idioma con palabras judías aquí y allá, no para expresarse mejor sino para “hebraizar”- y costumbres que consideran judías -como sucede con las formas algunas lo son y otras no-.

Se diría que este aspecto externo prima como mínimo tanto -sino llega a pesar más- como los contenidos doctrinales del movimiento, que en eso son herederos de su matriz cristiana estadounidense, aunque difieren en un hecho fundamental, el sentido del movimiento estadounidense era convencer a judíos de hacerse cristianos manteniendo lo que podríamos denominar ciertas costumbres y formas culturalmente propias, aquí, sin embargo, eso no esta presente, tenemos claramente no solo un proceso de conversión religiosa sino uno de aculturación galopante, en pro, además, no de otra cultura sino de algo más absurdo: la imagen irreal y fabricada que es atribuye falsamente a otra cultura. Porque el conjunto es falso -al margen de que ciertas piezas puedan corresponder, aisladamente, a un contexto judío-.

La resultante ofrece cosas muy paradójicas, como el sincero convencimiento -aunque totalmente falso e infundado- de la mayoría de miembros de esas comunidades de “ser judíos”, ello lleva a veces a otros procesos curiosos, como el “rastreo” de orígenes judíos entre los ancestros, sea a nivel puramente personal o a nivel más general, llegando a buscar “orígenes judíos” en ciudades, regiones o naciones enteras.
Sociológicamente eso muestra una crisis de identidad, que adopta la peculiar versión de personas que negando ser lo que son quieren pasar a ser judíos. Identidad, esta última, que copian tanto como mitifican.

Da la impresión que se producen dos comportamientos diferentes dentro del fenómeno. Por una parte lo que sigue más ligado al organigrama estadounidense se centra en “misionar” en los Estados Unidos, Israel y menos en Latinoamérica –excepto en aquellos países con presencia de comunidades judías de cierta entidad, donde vuelve a aparecer la acción de “Judíos para Jesús” de forma destacada-, siguiendo la estrategia fundacional de “convertir a Israel” y, por extensión, a las comunidades judías en la diáspora.
Por otra parte esta el fenómeno “autóctono” de la expansión mesiánica en comunidades gentiles, acompañado de la idea no de “mantenerse judíos” sino de “convertirse en judíos”, fenómeno que no es exclusivo de Latinoamérica pero que allí se da con fuerza.

Los objetivos misioneros cambian en un caso y en otro. En el primero esta claro -por extraño que pueda ser- y se trata de “echar una mano al Espíritu Santo” para acelerar el “Apocalipsis” y provocar la “Segunda Venida” del “Señor Jesús”. Ahora bien ¿cual es el objetivo para el segundo caso? Se puede apuntar uno clásico del cristianismo, la cuestión de la universalidad del mensaje de Jesús, pero, en ese caso ¿por qué ese cristianismo de formas supuestamente judías? Se diría que no hay un “objetivo estratégico” en este supuesto y más uno “táctico”, a partir de pastores locales que ven en el mesianismo una oportunidad de prosperar más que con las formas cristianas tradicionales.


Jorge Romero Gil


Bibliografía

Benedicto XVI: catequesis realizada en audiencia general, Ciudad del Vaticano, 2008

Cohn-Sherbok, D.: Messianic Judaism, Londres, 2000

Chernoff, David: entrevista en “Espíritu del Mesías”, primavera de 2002

Chernoff, Yohanna: Nacido judío muerto judío. La historia de Martin Chernoff, Publicaciones Ebed, Maryland, 1966

Hymers, R. L.: sermón pronunciado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles, noviembre de 2010

Liscano, Juan: Apocalipsis, Anticristo y Parusia, Editorial Alfa, 1997

Rosen, Martin Moishe: Witnessing to Jews, 1998



miércoles, 15 de agosto de 2012

Nazaret. La ciudad que se imaginó



Nazaret es un nombre interesante, se suele asociar a dos cosas a Jesús llamado de Nazaret y a la población de Nazaret. Lo que vamos a tratar tiene que ver con ambos, pero de entrada nos centraremos en la viabilidad del nombre Nazaret como topónimo urbano.

Con Nazaret sucede una cosa curiosa, sabemos que existe como aldea en el siglo IV EC y que es entonces cuando adquiere su fama como población de origen de Jesús de Nazaret, sabemos también que esta poblada a mediados del siglo II EC pero… sabemos también que no lo esta anteriormente. En otras palabras, no existía ni ciudad, ni población, ni siquiera aldea alguna -a lo sumo alguna granja en la zona- en el sitio de Nazaret entre los reinados de Octavio César Augusto y Tiberio César, época en la que se supone que vivió Jesús de Nazaret y en la que, según la totalidad de los evangelios canónicos –tanto los sinópticos como Juan- existía esa población y, además, siguiendo a Lucas –por ejemplo- como toda una ciudad en la que el propio Jesús tendrá sus más y sus menos con sus paisanos –o supuestos paisanos, tan supuestos como él mismo-.

Hay que decir que eso resultaría ser milagroso, al menos entre los reinados de Octavio César Augusto y Tiberio César, porque Jesús se estaría moviendo en una ciudad inexistente habitada por fantasmas o personajes imaginarios que habrían encarnado como él.

Secuencia arqueológica de Nazaret

El caso es que en el lugar que existe la actual Nazaret no hay vestigio alguno de una ciudad anterior al 135 EC, es decir, anterior a la rebelión de Bar Kobcha. Veamos cuales son los estratos que nos ofrece la Arqueología respecto a Nazaret y sus alrededores:

Mesolítico: 13 esqueletos humanos y diversos artefactos, localizados en una cueva situada en el Monte del Precipicio.

Edad de Bronce: Tres tumbas datadas entre el 2000 y el 1200 aEC, únicamente restos de cerámica funeraria.

Edad de Hierro (entre 1200 y 586 aEC): Diferentes restos cerámicos, casi todo en fragmentos, se cuentan cinco vasos, jarras y tinajas, parte del material puede ser funerario y otro no lo es. Estos restos se hallaron en cuevas y cavidades cercanas a la Iglesia de la Anunciación.

Entre el 586 y el 37 aEC: Ningún resto datado.

Entre el 37 aEC y el 70 EC: Aquí aparecen restos de lámparas funerarias, entre seis y diez lámparas de aceite en fragmentos, todas de ajuares de enterramientos. La datación puede ser la indicada pero hay ciertas dudas que podrían situar a todas o alguna de ellas en el 150 EC. Se localizaron bajo la Iglesia de la Anunciación y en grutas cercanas a ella. En el 2009 se descubre algunos restos de lo que pudiera ser una granja aislada en la zona, la datación de las estructuras es difícil pero algunos utensilios se sitúan entre el  siglo I aEC y el I EC, a inicios del siglo II EC esta estructura está fuera de uso -desaparece la granja-.

Entre el 70 y el 180 EC: Más material funerario –cuatro lámparas- y un total de tres tumbas-

Entre el 180 y el 324 EC: Siete lámparas en dos tumbas. También cerámica y fragmentos de vidrio de los siglos III y IV EC, todo ello material funerario. Aquí aparecen los restos de un edificio del período romano tardoantiguo –siglo IV EC- y una moneda romana –también del siglo IV EC-.

Los comienzos de la actual Nazaret

Tenemos pues que Nazaret es solo una población de muertos –una necrópolis- entre los siglos I aEC y el II EC y alguna posible granja -no un pueblo, menos una ciudad- . Bien ¿por qué hasta el II EC? Pues porque la Arqueología nos ofrece otra prueba que nos remite al II EC, justo tras la II Guerra Judía, en concreto se trata de una piedra de mármol hallada en la sinagoga de Cesárea Marítima que ofrece un listado de familias sacerdotales que buscan refugio tras la guerra con Adriano y los lugares dónde se ubican, entre ellos hay esta cita:

El décimo octavo curso sacerdotal (llamado) Hapizzes, relocalizado en Nazaret”

De los veinticuatro “cursos” sacerdotales que se mencionan uno de ellos, el dieciocho, se refugia en Nazaret. Que entonces era básicamente una necrópolis utilizada sobre todo por la cercana Japha. Se remueven las tumbas y se instala una aldea con los refugiados. Nazaret quedaba cerca de Sephoris pero, a la vez, estaba fuera de la mencionada ciudad, cosa que convenía a las familias sacerdotales dado que Sephoris era una ciudad gentil.

Los descendientes de esos refugiados son los que habitaban la –ahora sí- aldea –ciudad no lo era- de Nazaret cuando es “descubierta” por la topografía cristiana en el siglo IV EC. A partir de ese momento comienza una presencia cristiana alrededor del llamado “pozo de María”, localizado algo al norte de la primera aldea judía, el poblamiento cristiano acaba por imponerse al judío, aunque algunos habitantes judíos vuelven a aparecer en el valle para ser definitivamente expulsados en el siglo VII EC.

En cualquier caso Nazaret solo es habitada comunalmente a partir del siglo II EC, lo es como una pequeña aldea hasta que en el siglo IV se produce una expansión y la generación de una ciudad cristiana tras la “consagración” del lugar como el de la “ciudad originaria” de Jesús de Nazaret, quedando constituido como punto de peregrinación.

Nazaret en los evangelios

Esos son los datos de la Arqueología y la Historia, ahora bien, es fácilmente observable que estos datos no coinciden con los que ofrecen los textos básicos del cristianismo, es decir, con aquello que dicen los cuatro evangelios canónicos –unos con más y otros con menos detalle- sobre una ciudad de Galilea –y hablan de “ciudad” no de aldea o caserío- llamada “Nazaret”, especialmente el texto de Lucas se extiende al respecto. Veamos las referencias evangélicas.

En el evangelio de Mateo:

y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: = Será llamado Nazoreo. =” (Mateo 2:23, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976)

καὶ ἐλθὼν κατῴκησεν εἰς πόλιν λεγομένην ναζαρέτ, ὅπως πληρωθῇ τὸ ῥηθὲν διὰ τῶν προφητῶν ὅτι ναζωραῖος κληθήσεται.” (Mateo 2:23, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición)

La Biblia de Jerusalén traduce κληθήσεται por “Nazoreo” pero es muy usual utilizar la voz “Nazareno”. La palabra ναζαρέτ se traduce por “Nazaret”.

Y dejando Nazará, vino a residir en Cafarnaúm junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí” (Mateo 4:13, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976)

καὶ καταλιπὼν τὴν ναζαρὰ ἐλθὼν κατῴκησεν εἰς καφαρναοὺμ τὴν παραθαλασσίαν ἐν ὁρίοις ζαβουλὼν καὶ νεφθαλίμ· “(Mateo 4:13, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Aquí la voz ναζαρὰ es la que se traduce por “Nazará”.

Y la gente decía: «Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea.»” (Mateo 21:11, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976)

οἱ δὲ ὄχλοι ἔλεγον, οὖτός ἐστιν ὁ προφήτης ἰησοῦς ὁ ἀπὸ ναζαρὲθ τῆς γαλιλαίας.” (Mateo 21:11, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Ahora es el término griego ναζαρὲθ lo que se traduce por “Nazaret”.

En el evangelio de Marcos:

Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán.” (Marcos 1:9, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976)

καὶ ἐγένετο ἐν ἐκείναις ταῖς ἡμέραις ἦλθεν ἰησοῦς ἀπὸ ναζαρὲτ τῆς γαλιλαίας καὶ ἐβαπτίσθη εἰς τὸν ἰορδάνην ὑπὸ ἰωάννου.” (Marcos 1:9, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

La palabra ναζαρὲτ es la que se traduce por “Nazaret”.

En el evangelio de Lucas:

Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret” (Lucas 1:26, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976).

ἐν δὲ τῶ μηνὶ τῶ ἕκτῳ ἀπεστάλη ὁ ἄγγελος γαβριὴλ ἀπὸ τοῦ θεοῦ εἰς πόλιν τῆς γαλιλαίας ᾗ ὄνομα ναζαρὲθ” (Lucas 1:26, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Es ναζαρὲθ lo que se traduce por “Nazaret”.

Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David” (Lucas 2:4, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976).

ἀνέβη δὲ καὶ ἰωσὴφ ἀπὸ τῆς γαλιλαίας ἐκ πόλεως ναζαρὲθ εἰς τὴν ἰουδαίαν εἰς πόλιν δαυὶδ ἥτις καλεῖται βηθλέεμ, διὰ τὸ εἶναι αὐτὸν ἐξ οἴκου καὶ πατριᾶς δαυίδ,” (Lucas 2:4, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Nuevamente ναζαρὲθ es “Nazaret”.

Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret” (Lucas 2:39, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976).

καὶ ὡς ἐτέλεσαν πάντα τὰ κατὰ τὸν νόμον κυρίου, ἐπέστρεψαν εἰς τὴν γαλιλαίαν εἰς πόλιν ἑαυτῶν ναζαρέθ.” (Lucas 2:39, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Vuelve ναζαρὲθ a ser “Nazaret”.

Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón” (Lucas 2:51, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976)

καὶ κατέβη μετ᾽ αὐτῶν καὶ ἦλθεν εἰς ναζαρέθ, καὶ ἦν ὑποτασσόμενος αὐτοῖς. καὶ ἡ μήτηρ αὐτοῦ διετήρει πάντα τὰ ῥήματα ἐν τῇ καρδίᾳ αὐτῆς.” (Lucas 2:51, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Otra vez ναζαρὲθ se traduce por “Nazaret”.

14 Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región.

15 El iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos.

16 Vino a Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura.

17 Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito:

18 = El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos =

19 = y proclamar un año de gracia del Señor. =

20 Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él.

21 Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.»

22 Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»

23 El les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria.»

24 Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.»

25 «Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país;

26 y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a = una mujer viuda de Sarepta de Sidón. =

27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.»

28 Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira;

29 y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle.

30 Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó”

(Lucas 4:14-30, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976)
14 καὶ ὑπέστρεψεν ὁ ἰησοῦς ἐν τῇ δυνάμει τοῦ πνεύματος εἰς τὴν γαλιλαίαν. καὶ φήμη ἐξῆλθεν καθ᾽ ὅλης τῆς περιχώρου περὶ αὐτοῦ.
15 καὶ αὐτὸς ἐδίδασκεν ἐν ταῖς συναγωγαῖς αὐτῶν, δοξαζόμενος ὑπὸ πάντων.
16 καὶ ἦλθεν εἰς ναζαρά, οὖ ἦν τεθραμμένος, καὶ εἰσῆλθεν κατὰ τὸ εἰωθὸς αὐτῶ ἐν τῇ ἡμέρᾳ τῶν σαββάτων εἰς τὴν συναγωγήν, καὶ ἀνέστη ἀναγνῶναι.
17 καὶ ἐπεδόθη αὐτῶ βιβλίον τοῦ προφήτου ἠσαΐου, καὶ ἀναπτύξας τὸ βιβλίον εὖρεν τὸν τόπον οὖ ἦν γεγραμμένον,
18 πνεῦμα κυρίου ἐπ᾽ ἐμέ, οὖ εἵνεκεν ἔχρισέν με εὐαγγελίσασθαι πτωχοῖς, ἀπέσταλκέν με κηρύξαι αἰχμαλώτοις ἄφεσιν καὶ τυφλοῖς ἀνάβλεψιν, ἀποστεῖλαι τεθραυσμένους ἐν ἀφέσει,
19 κηρύξαι ἐνιαυτὸν κυρίου δεκτόν.
20 καὶ πτύξας τὸ βιβλίον ἀποδοὺς τῶ ὑπηρέτῃ ἐκάθισεν· καὶ πάντων οἱ ὀφθαλμοὶ ἐν τῇ συναγωγῇ ἦσαν ἀτενίζοντες αὐτῶ.
21 ἤρξατο δὲ λέγειν πρὸς αὐτοὺς ὅτι σήμερον πεπλήρωται ἡ γραφὴ αὕτη ἐν τοῖς ὠσὶν ὑμῶν.
22 καὶ πάντες ἐμαρτύρουν αὐτῶ καὶ ἐθαύμαζον ἐπὶ τοῖς λόγοις τῆς χάριτος τοῖς ἐκπορευομένοις ἐκ τοῦ στόματος αὐτοῦ, καὶ ἔλεγον, οὐχὶ υἱός ἐστιν ἰωσὴφ οὖτος;
23 καὶ εἶπεν πρὸς αὐτούς, πάντως ἐρεῖτέ μοι τὴν παραβολὴν ταύτην· ἰατρέ, θεράπευσον σεαυτόν· ὅσα ἠκούσαμεν γενόμενα εἰς τὴν καφαρναοὺμ ποίησον καὶ ὧδε ἐν τῇ πατρίδι σου.
24 εἶπεν δέ, ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ.
25 ἐπ᾽ ἀληθείας δὲ λέγω ὑμῖν, πολλαὶ χῆραι ἦσαν ἐν ταῖς ἡμέραις ἠλίου ἐν τῶ ἰσραήλ, ὅτε ἐκλείσθη ὁ οὐρανὸς ἐπὶ ἔτη τρία καὶ μῆνας ἕξ, ὡς ἐγένετο λιμὸς μέγας ἐπὶ πᾶσαν τὴν γῆν,
26 καὶ πρὸς οὐδεμίαν αὐτῶν ἐπέμφθη ἠλίας εἰ μὴ εἰς σάρεπτα τῆς σιδωνίας πρὸς γυναῖκα χήραν.
27 καὶ πολλοὶ λεπροὶ ἦσαν ἐν τῶ ἰσραὴλ ἐπὶ ἐλισαίου τοῦ προφήτου, καὶ οὐδεὶς αὐτῶν ἐκαθαρίσθη εἰ μὴ ναιμὰν ὁ σύρος.
28 καὶ ἐπλήσθησαν πάντες θυμοῦ ἐν τῇ συναγωγῇ ἀκούοντες ταῦτα,
29 καὶ ἀναστάντες ἐξέβαλον αὐτὸν ἔξω τῆς πόλεως, καὶ ἤγαγον αὐτὸν ἕως ὀφρύος τοῦ ὄρους ἐφ᾽ οὖ ἡ πόλις ᾠκοδόμητο αὐτῶν, ὥστε κατακρημνίσαι αὐτόν·
30 αὐτὸς δὲ διελθὼν διὰ μέσου αὐτῶν ἐπορεύετο.
(Lucas 4:14-30, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Aquí es ναζαρά la voz que traducida queda como “Nazará”.

En el evangelio de Juan:

45 Felipe se encuentra con Natanael y le dice: «Ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.»

46 Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.»”

(Juan 1:45-46, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976).
45 εὑρίσκει φίλιππος τὸν ναθαναὴλ καὶ λέγει αὐτῶ, ὃν ἔγραψεν μωϊσῆς ἐν τῶ νόμῳ καὶ οἱ προφῆται εὑρήκαμεν, ἰησοῦν υἱὸν τοῦ ἰωσὴφ τὸν ἀπὸ ναζαρέτ.
46 καὶ εἶπεν αὐτῶ ναθαναήλ, ἐκ ναζαρὲτ δύναταί τι ἀγαθὸν εἶναι; λέγει αὐτῶ [ὁ] φίλιππος, ἔρχου καὶ ἴδε.” (Juan 1:45-46, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).
El término ναζαρὲτ es aquí “Nazaret”.
Nazaret, Nazará y Nazareno
En todos los casos tanto “Nazará” como “Nazaret” hacen en estos versículos referencia a la misma teórica población –recordemos que con categoría de “ciudad”-, en griego se usa ναζαρά para “Nazará”, y ναζαρὲτ o ναζαρὲθ para “Nazaret”. Sin embargo es otra palabra la que nos acerca a la clave del misterio y… a la demostración de la construcción del texto en distintas etapas –unas muy tardías-, se trata de κληθήσεται, que puede traducirse por “Nazoreo” o “Nazareno”, porque si κληθήσεται puede ser “Nazareno” también lo puede ser ναζαρηνέ –término que aparece, por ejemplo, en Marcos 1:24 o en Lucas 4:34-, lo mismo que ναζαρηνός –que aparece en Marcos 10:47-, sucede que ναζαρηνέ o ναζαρηνός se puede traducir por “Nazareno” o –teóricamente- desglosarse en la expresión “de Nazaret”. Y tal vez parezca lo mismo “Jesús nazareno” que “Jesús de Nazaret”, pero… resulta que no lo es, y por aquí se entiende que pasó y como, forzosamente, al menos una parte de los textos evangélicos son… del siglo IV EC, Y de paso que su contenido es de dudosa fiabilidad histórica,
La clave del significado de “nazareno” la aporta un texto gnóstico de filiación valentiniana, se trata del Evangelio de Felipe, que forma parte de la Biblioteca de Nag Hammadi y está redactado en copto, el versículo 47 dice:
Los apóstoles que nos precedieron le llamaban así: Jesús el nazareno° Mesías— es decir, Jesús el nazareno Cristo. El último nombre es Cristo, el primero es Jesús, el de en medio es [nazareno]. Mesías tiene dos significaciones: tanto ungido como medición°. Jesús en hebreo, es la salvación. Nazara es la verdad [en hebreo], por eso el nazareno es el verdadero. El Cristo es la medición, el [nazareno] y Jesús son los medidos.”
(Evangelio de Felipe, 47, Textos de Nag Hammadi)
El evangelio de Felipe se data en el siglo III EC, no deja de resultar curioso que alguien del siglo III EC este informado de los significados de los términos “Jesús”, “nazareno” y “Mesías” o “Cristo” mientras que autores supuestamente anteriores no sólo no lo saben sino que hasta embarcan al personaje en vivencias y conflictos en,,, ¡una necrópolis!
El autor del evangelio de Felipe es consciente de los significados crípticos de cada término –y obsérvese que cada uno de ellos es un título que refleja una cualidad o un conocimiento, ninguno es un nombre, ni de persona ni de topónimo-. Tenemos aquí la “salvación”, la “verdad” y la “medida” –que también unge-. También tenemos una clave: como funciona la fórmula que se construye a partir de unos títulos –que elemento mide y cuales son medidos. La resultante es que “La salvación verdadera unge” y, también, “La salvación verdadera es medida”. Lo que no tenemos es ni un nombre de persona, ni un nombre de ciudad, ni tampoco un ungido sino una unción –un acto, no una persona-. Y, todo ello, ¿quién lo explica? Pues un texto gnóstico valentiniano del siglo III EC que le enmienda la plana a los evangelistas canónicos del… siglo IV EC.
Pero no solo sucede con un texto gnóstico, también sucede con uno helenista, así la única mención que hace Celso –pese a que recoge las versiones cristianas de su época, finales del siglo II EC o principios del siglo III EC- a “nazareno” es una mención a “titulatura” o a “cualidad” no a gentilicio, es la que sigue:
¿Por qué los amenaza él, si desobedecieron sus mandamientos, de tratarlos como enemigos declarados mientras que el Hijo, el Nazareno, formula preceptos completamente opuestos…?”
(Celso, El discurso verdadero contra los cristianos, 88)
En Celso aparece frecuentemente la palabra “Jesús” –que curiosamente no aparece cuando al comienzo relata el “affaire” Ben Panthera-, una vez “Nazareno” y ninguna una supuesta población llamada “Nazaret”.
Otra posibilidad que se apunta es que si Iesous o Iosous - ησοῦς- es la transliteración al griego de Yeshúa –ישׁוע- que significa “salvador” o “salvación”, Nazoraios o Nazarenos – ναζαρηνέ- sea la transliteración al griego del hebreo “netser” o “netzer” -סניף- que significa “rama”. Lo que no dejaría de implicar otra referencia a titulatura, dado que quedaría así: “La salvación [brota] de la rama”. Y ese significado, relativamente críptico, nos lleva de vuelta al gnosticismo y sus características.
No obstante, respecto a esta interpretación hay algunas objeciones lingüísticas derivadas de la transliteración del hebreo al griego, según esto no se utiliza la zeta sino la sigma para transliterar la letra hebrea tzade.
La “hipótesis toponímica”
Si vamos a otras fuentes en busca de referencia toponímica vemos que Flavio Josefo –que fue comandante en jefe de las fuerzas judías en Galilea- menciona a la cercana Japha –a poco más de kilómetro y medio al suroeste de la actual Nazaret- pero no menciona para nada a una “Nazaret”, pese a que hace un recuento y menciona a cuarenta y cinco ciudades y pueblos de Galilea –véase Flavio Josefo, Guerra Judía, especialmente para los incidentes de Jotapata y Japha Libro III-.
El Talmud menciona a sesenta y tres ciudades de Galilea, no aparece allí Nazaret, tampoco lo hace en ninguna fuente de la literatura rabínica antigua y… tampoco la menor referencia en el Tanaj.
La primera referencia situando Nazaret como un lugar geográfica real -Orígenes había intentado desentenderse de la cuestión por la vía del lugar mítico-, viene de la mano de Eusebio de Cesárea -la misma mano que despliega tanta inventiva como desprecio a la veracidad al generar el "Testimonium Flavianum". Así, en su obra “Onomasticon” Eusebio presenta una lista geográfica de los lugares santos mencionados en la Biblia, allí aparece Nazaret. Bien, al margen de la fiabilidad de Eusebio tenemos la cronología, el santo "Padre de la Iglesia" vive en el siglo IV EC, entonces sí se podía mencionar una Nazaret.
Para “salvar” la “hipótesis toponímica” los autores cristianos se remiten constantemente a una “insignificante aldea”, pero es que eso tampoco funciona siguiendo lo que explican los textos, especialmente lo referido en el evangelio de Lucas 4:14-30, recordémoslo:
14 Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región.

15 El iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos.

16 Vino a Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura.

17 Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito:

18 = El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos =

19 = y proclamar un año de gracia del Señor. =

20 Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él.

21 Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.»

22 Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»

23 El les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria.»

24 Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.»

25 «Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país;

26 y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a = una mujer viuda de Sarepta de Sidón. =

27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.»

28 Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira;

29 y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle.

30 Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó”

(Lucas 4:14-30, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976)

¿Tenemos aquí un mero villorrio que no llega a aldea? Parece que no, tenemos una sinagoga en funcionamiento y no solo parientes –caso que sucedería en algo de las dimensiones de un caserío- sino paisanos, que no dudan en intentar despeñarle por un acantilado.

Por otra parte tanto el texto de Lucas como el de Mateo llaman “ciudad” a “Nazaret”, no hablan de ningún villorrio.

Luego lo que explica el texto no coincide en absoluto con una supuesta y minimalista aldea que, por otro lado, resulta que… tampoco aparece a través de la evidencia arqueológica, a partir de ella solo aparecen dos tipos de habitantes: los de las tumbas y los de una granja.

Conclusiones

¿Qué significado puede tener todo eso? Pues diverso. El primero es cronológico y remite a que la redacción definitiva de los cuatro evangelios canónicos forzosamente es posterior a mediados del siglo II EC y lo más probable centrada en el siglo IV EC –cuando “Nazaret” aparece en la topografía cristiana sacra-. El segundo es que los redactores de esas versiones de los evangelios canónicos ya han perdido de vista el significado de “nazareno”, al punto que lo confunden con un gentilicio cuando no lo es. El tercero es que la inclusión de las falsas referencias toponímicas que se derivan de “nazareno” muestran que la información que aparece en los evangelios canónicos no solo no es relativamente contemporánea a los supuestos relatados sino que, además, no es fiable. Cuarto, que resulta imposible mantener la hipótesis Q para los sinópticos en todo aquello que aparece “Nazaret” en cuanto ciudad y topónimo y “nazareno” entendido como gentilicio –en el mejor de los casos serían interpolaciones tardías y del todo alejadas en el tiempo-. Quinto, que si “nazareno” significa “el verdadero” y deriva de “nazara” –“la verdad”, transliteración del hebreo אמת o האמת - nos encontraríamos ante un planteamiento enteramente gnóstico –como el que muestra el valentiniano evangelio de Felipe-. Sexto, es igualmente un planteamiento gnóstico el que remite a “netser” en cuanto a título que complementa el contenido etimológico de “Yeshúa” –que también funcionaría en ese caso como título y no como nombre propio-.


Jorge Romero Gil


Bibliografía

Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976

Carter, J.: Evangelios Apócrifos, Editorial Sirio, Málaga, 1996

Celso: El discurso verdadero contra los cristianos, Alianza Editorial, Madrid, 1988

Crossan, J.D.: El Jesús histórico, Editorial Emece

Josefo, F.: La guerra de los judíos, Editorial Gredos, Madrid, 2001
Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición